Si dejamos por un instante de pensar, aunque sólo sea un momento interminable, podemos llegar a observar esa gran estructura que está formada por una nada oscura y densa. Quizás no dé la vida humana para poder asimilar la estructura final, ni siquiera poder dislumbrar la figura resultante de esa inmensa y anodina nada que rodea todo lo que hay. Pero se puede palpar con los sentidos cuando le das un respiro al cerebro y dejas de pensar.
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