miércoles, 8 de febrero de 2012

La noche de Endimión

Endimión es un ser tranquilo, apacible, y muy sensible. Selene es apasionada, impulsiva y a pesar de ser de roca  lunar hay veces que quema como el sol. El precioso pastorcillo duerme tranquilo bajo el brillo de la diosa de la noche. Duerme sin darse cuenta de que Selene le está mirando sin perder detalle de su hermosura, de su perfecto porte masculino, de su respirar tranquilo, su semblante sereno y sus ojos verdes que captan la luz de las estrellas antes de cerrarse en dulce sueño. A los dioses siempre se les encapricha de vez en cuando algún que otro mortal y Endimión  lo tiene todo para captar la  atención de la diosa que lleva siglos hipnotizada por el amor que siente por èl. Irresistiblemente, cada noche, como si de un ritual se tratase Selene baja a la tierra, y se acerca al lecho de Endimión para posar sus labios en la rosada mejilla del pastor y plantar un beso suave pero decidido que transforma al mortal en príncipe de la oscuridad de un amor platónico.

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