domingo, 18 de marzo de 2012

El perfume

Trabajosamente abrí el paquete, iba tan bien envuelto que los nervios entorpecían mis moviemientos . Un sobre blanco, sin remite, aunque no hacía falta saber quien lo enviaba. Una nota insulsa sin ningún interés con una información vanal anunciando el alquiler de unos vehículos a motor amarillos y negros destinados a turistas y... otro sobre.

Esta vez el sobre era marrón, con un forro acolchado que protegía su contenido. Muchas molestias se había tomado para que nadie pudiera haber descubierto el interior del paquete como por casualidad. Mi corazón bombeaba la sangre desde mi pecho hacia la cabeza con tal intensidad que sentía que me faltaba el aire. Dentro del sobre había un objeto rectangular cubierto en mil vueltas de film transparente. Conseguí con paciencia y esfuerzo arrancar el film protector que cubría hasta la opacidad aquel objeto. 

Finalmente, al descubrilo de su envoltorio un perfume embriagador envolvió toda la estancia, devolviendo a mi corazón una pizca de paz. El perfume me abrió otra vez los pulmones penetrando tan dentro de mí que ya nunca podré olvidarlo. 

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