Hubo un momento en que entró un visitante, el visitante numero uno. Viendo que el lugar era tan solitario, creyó que a nadie importaba su existencia más que a quien escribia aquello que contenía y que por ello no merecía ser leído por ser demasiado íntimo o secreto.
-Sin visitantes el lugar carece de todo carisma, no tiene ningun atractivo turístico, ni monumentos, ni actividades...es inhóspito, desolado- pensó entonces el visitante.
-Además dice tener lo que no busco, no hay nada ahí de mi gusto. Me voy y no vuelvo!
Adiós mi buen visitante, pensaré en ti a cada instante. El lugar sigue siendo un oasis de sentimiento y aunque no quieras seguirá existiendo...
-Sin visitantes el lugar carece de todo carisma, no tiene ningun atractivo turístico, ni monumentos, ni actividades...es inhóspito, desolado- pensó entonces el visitante.
-Además dice tener lo que no busco, no hay nada ahí de mi gusto. Me voy y no vuelvo!
Adiós mi buen visitante, pensaré en ti a cada instante. El lugar sigue siendo un oasis de sentimiento y aunque no quieras seguirá existiendo...
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