lunes, 20 de mayo de 2013

Al fin...sola!!

Al fin sola! con la noche que vuelve a arropar mis sueños... Ahora puedo de nuevo pensar en ti....

 En mis archivos encuentro unas fotos tuyas que me encantan. Tienes una bonita sonrisa en una de ellas. Me fijo en tus hombros y desearía rodearlos con mis brazos. Querría sentir tus manos recorriéndome la espalda, mirar el brillo de tus ojos y notar cómo penetra en lo más profundo de mi mente.

Quisiera sentir tu boca sobre mis labios, oír el choque de los dientes, saborear tus besos. Quiero entrelazar tu lengua con la mía, notar cómo se confunde tu saliva con la que fluye por mi boca. Entretejer un beso con otro, recorrer tu cuerpo con mis manos: tu pecho, tu torso, tu espalda...

Quiero descubrirte poco a poco, muy lentamente, sin prisas, con el esmero que el deseo impone. Suspiro por entrecruzar mis dedos con los tuyos, notar cómo se fusionan nuestras palmas para situar tus manos sobre mis pechos y notar cómo cubres las copas de mis senos.

De nuevo noto cómo despuntan los pezones y se me antoja que los acaricias suavemente mientras en mi cuello incas tus dientes dulcemente y me susurras al oído cualquier sonido...un gemido, un murmullo, un retintín o un soniquete, no importa la forma si de tu garganta brota. Pues es tu voz lo primero que yo he amado de ti, tu música, tu acento, es tu tono lo que en mi recuerdo busco e intento oír de nuevo.

Mi corazón late tan fuerte que temo despierte a la cotidianidad durmiente.

Noto vibrar mi respiración que se entrecorta por momentos. Mis sentidos se turban y mi sexo se humedece al imaginar cómo el tuyo crece. Nuestros cuerpos apretados, unidos por el abrazo disponiendo en mi fábula notar cómo tu mano se desliza por mi vientre al encuentro de una selva lúbrica y caliente que espera ser sondeada por un índice valiente.

Quiero notar tu sexo apretando con afán por salir urgentemente al encuentro del mío que, cual boca húmeda y caliente hierve en deseo de sentirte muy adentro. Sentir la fricción del deseo, el diálogo del erotismo, el frenesí de la excitación, la turbación de mi cuerpo entero estremeciéndose entre tus brazos que me cogen, me aprietan fuertemente mientras se me clavan tus ojos y me comen tus besos.

Me transformaría en el más suculento manjar con tal de sentir tu lengua recorrerme. Saborear tu verga hundiéndose en mi boca caul espada atravesándome por completo y sentirme así asaetada por el placer que me produce tu excitación.

Simplemente imaginar cómo sería hacer el amor contigo ya turba mis sentidos. Movimientos espasmódicos, recurrentes, en búsqueda frenética y excitante que nos conduce árduamente hacia el clímax más potente.

Y sin más, en un coro de gemidos, rugen tu placer y el mío unièndose en un estallido casi sin sonido.



Finalmente, tras la máxima compenetración, querría abrazar tu cuerpo sudado y oler tu aroma más humano mientras todavía entrelazados morfeo nos lleva hacia su vera.

Ahora que mi imaginación ha sido por fin desvirgada, me siento más sosegada.






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