lunes, 6 de mayo de 2013

Un libreto.

El aire de los jazmines entra perfumado por la ventana....

Se me había encasquillado el placer de la escritura, y la mente no me dejaba soñar más que dormida. Desde luego es más divertido soñar despierta ya que se pueden elegir varias opciones y dar con las palabras que te guían hacia donde tú quieres ir. Escribir por el placer de coger un bolígrafo y sonsacarle los dibujos adecuados para que aparezcan las realidades que deseas ver.

Ahora mismo escribo para ti y mi pasión desenfrena los encarcarados movimientos, el deseo de escribirte me invade sumergiéndome en mares coralinos y misteriosos. Quiero escribirte una carta tan larga como un libro, bueno, aunque sea sólo un libreto. Para darte horas de lectura, pensando en tí, en lo que evocas en mí.

Àrdua tarea que pretendo emprender hoy mismo sin ir más lejos!

Querría finalizar ya esta misiva y enviártela mañana para que puedas leerme, que pudieras saborear cada palabra, cada sonido evocado por las letras que salen dibujadas en tinta. Me encantaría que el azul con el que te escribo te hipnotizara para que no quisieras desprender tu mirada de mi escritura; que me leyeras y que, al hacerlo, pudieras sentir la fuerza con la que late mi corazón al guiar los movimientos de mi mano, pero me doy cuenta de que es físicamente imposible.

Quisiera besarte en lo más profundo de tu alma para hacerme un hueco en ella y quedarme allí, aunque sea por un instante.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si quieres puedes decirme algo